Umbral de línea
Entre la sutileza y la firmeza de la sensibilidad encuentro una salida honesta y limpia.
Es un vacío, después de higiene de línea, un proyecto que aún no puedo adivinar si perdurará entre mis archivos pues es un preludio de este desarrollo, me preocupo por el origen y la transición que soporta cada período artístico en un marco cerrado temporal y espacial. Cada trozo de papel higiénico supone un peldaño que se fusiona al trasladarlo a umbrales sensibles en una aventura escalonada que se manifiesta en una constante cíclica que me envuelve y al mismo tiempo me produce nauseas. Es la carencia de color lo que me corrompe las entrañas, pero la pureza primitiva que quiero deduzca el espectador y la consiguiente racionalización de la forma (los árabes tienen barba, como ejemplo) genera un entendimiento en mi aprendizaje que me lleva a una serie de escenas derivadas, compuestas por pequeñas situaciones entre el vacío y las líneas de equilibrio que soportan la potencia y la suspensión (tanto física en este caso, sensorial y metafórica) que transmite mi obra. El negro como fuente emisora es suficiente.
Primero veo formas abstractas, luego veo residuos antropológicos y primitivos de una realidad humana inquietante, más adelante leo una historia.
La opción digital es la más considerada por mi parte porque resulta efectiva, sincera, rápida y de bajo coste, para un producto de fácil asimilación casi minimalista o incluso elemental en su contenido, pero como yo, siempre evolutivo y creciente.
Las imágenes se muestran en orden.
Umbral de línea. Enrique Yáñez. 2013.